lunes, 6 de septiembre de 2010

Deportista de élite

Una vez más vuelve a sonar, 6.30 de la mañana, todos duermen. Mientras, yo, abrocho mis zapatillas y suena la música, mis piernas empiezan a correr...

La calle está vacía, nadie se ha levantado aún. Mientras corro, pienso: "¿que gilipollas se levanta a las 6.30 de la mañana?", sin encontrar una respuesta sigo corriendo, mis piernas empiezan a pesar como bloques de hormigón, pero no me preocupa, se que solo son los primeros 20 minutos...

Después de 40 minutos corriendo la gente empieza a salir a la calle, y te miran raro, pero yo sigo corriendo. Mis piernas aora son como plumas, están acostumbradas y son muy difíciles de cansar.

Vuelvo a casa para una buena ducha y un desayuno lleno de proteínas e hidratos.

9 horas después...

Camino hacia el gimnasio, un calor insoportable, y ronda mi cabeza la misma pregunta de esta mañana: "¿que gilipollas recorre medio pueblo para entrenar y pasar calor?" , sin volver a encontrar respuesta sigo caminando.

Al llegar al gimnasio saludas al entrenador, te das cuenta que esta agotado y sudado, él empezó a entrenar mucho antes. Empiezo a boxear, lentamente, mis brazos están calentandose, y poco a poco aumento la frecuencia de golpes, hasta llegar al límite, hasta que mis brazos me obligen a parar. Justo cuando acabo de golpear el saco, me tiro al suelo y machaco las flexiones hasta rebentar el pecho contra el suelo, seguido una serie de abdominales bestiales para resistir golpes fuertes, unas dominadas para forzar el tren superior y saltos de rodilla para el inferior.Después, un poco de alterofilia, el entrenador me observa y me anima, ¡Venga! ¡Bombéalos!, stoy agotado y un poco fatigado, necesito descansar, pero en ese mismo instante mi entrenador empieza el entrenamiento, en ese instante encontré la respuesta:

Aquel gilipollas soy yo... UN DEPORTISTA DE ÉLITE.

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